Pavimento fabricado a partir del Policloruro de vinilo. Los suelos vinílicos se dividen entre homogéneos y heterogéneos. Su grosor suele oscilar entre los 2 y los 7 mm.
Una de las principales ventajas, es que son resistentes a la humedad, de ahí que se puedan instalar en baños y cocinas. Son suelos muy higiénicos, su superficie sellada evita la formación de bacterias, son antideslizantes. Fáciles de mantener y limpiar basta pasar un paño o un trapo ligeramente húmedo.
Existen una gran variedad de diseños, pueden imitar cualquier material: desde la piedra o el hormigón hasta la madera o el hierro. Estos pueden ser flexibles (encolados o con sistemas de clic) o rígidos (con sistemas de clic), en rollos, lamas y losetas.